lunes, 23 de septiembre de 2013

La lengua salvada









Hacerse mayor es como morir de muerte natural: todos los días te vas muriendo poco a poco. Lo bueno es que si no te fijas, ni te enteras: te miras en el espejo y un tipo con canas (o sin pelo) te devuelve el saludo sin notar canas o echar en falta pelo; agarra el cepillo de dientes y cuando lo deja, es tres minutos mayor, ha pasado una agonía indolora entre espumas de dentífrico. Escupe la pasta de dientes y todo se va por el sumidero que es un reloj de arena pegado a su lavabo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario